Allá por el año 1560, en esa otra orilla de Sevilla donde emerge el barrio de Triana, se fundó una Hermandad de luz bajo el patrocinio de Nuestra Señora de la Estrella. Tras unirse a otras insignes Hermandades de la ciudad, hoy son venerados en su capilla los Santísimos Titulares de la Pontificia, Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas, María Santísima de la Estrella, Triunfo del Santo Lignum Crucis, San Francisco de Paula y Santas Justa y Rufina.

La autoría de la Virgen de la Estrella ha sido atribuida tradicionalmente al escultor Juan Martínez Montañés. La cuestión es que el rostro de la Estrella no se parece a las idealizadas facciones marianas modeladas por este imaginero. Entre septiembre de 2009 y enero de 2010, se realizó a la talla una intervención de conservación y restauración en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), llevándose a cabo igualmente un profundo estudio histórico artístico. A raíz de dicho estudio, se propuso que la Virgen de la Estrella sería una obra de Luisa Ignacia Roldán (La Roldana), si bien esta opinión es discutida por muchos expertos en arte.

La Estrella es la Virgen que más sufre, la Madre cuyo nombre se ve oscurecido por el dolor. Su llanto es entrecortado y sobrecogedor, pues brota de la contemplación impotente de la Pasión y Muerte de su Divino Hijo. ¡Estrella de la mañana, vuelve a los hombres tus ojos misericordiosos! ¡Ten compasión de aquellos que crucificaron al bendito fruto de tu vientre y condúcelos a contemplar la gloria de Dios!

La imagen de Nuestro Padre Jesús de las Penas representa el momento anterior a la Crucifixión. Jesús, sentado sobre una roca y con las manos entrelazadas en oración, levanta su mirada al cielo, meditando sobre su muerte. Con un gesto tristísimo y angustiado, alza la cabeza y muestra los labios entreabiertos en un diálogo interior con el Padre, pero también dirigido a quien se acerque a compartir su dolor. La advocación de la imagen procede de los Países Bajos y Alemania, donde se creó esta iconografía y las figuras se denominaban “Cristo de la Humildad y Paciencia”, “Cristo de Piedad” y “Cristo de las Penas”.

La información disponible sobre la talla de Jesús de las Penas es precisa. Su última restauración, finalizada a principios de febrero de 1997 en una nave del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico especialmente destinada para su intervención, daba a conocer un documento alojado en el interior de la peana donde se mencionaba la autoría de José de Arce, datándola en 1655. Nos encontramos ante una imagen realizada por uno de los más importantes escultores barrocos que trabajaron en Andalucía, introductor en España de una nueva forma de interpretar el estilo barroco. Al ejecutar esta figura, José de Arce realiza una perfecta conjunción entre la iconografía tradicional de la melancolía y la meditación sobre la muerte. Es una obra digna del mayor interés para los estudiosos de la Historia del Arte y merecedora de la devoción de quienes buscan consuelo a su dolor en los sufrimientos de Cristo.

Aunque no es Titular de la Hermandad, la figura de San Juan Pablo II ha estado siempre muy vinculada a esta cofradía. Fecha importantísima que se reseña con letras de oro en la historia de la Corporación fue la del 31 de octubre de 1999, en la que el Arzobispo de Sevilla, Monseñor Fray Carlos Amigo Vallejo, coronó canónicamente a la imagen de María Santísima de la Estrella en Solemne Pontifical celebrado en la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla. El decreto de coronación fue ratificado por el entonces Papa Juan Pablo II, quien ocupó la Cátedra de San Pedro durante 27 años (1978-2005), uno de los pontificados más largos que se recuerdan.

El ejemplo de humanidad y caridad cristiana del Pontífice, unido a la gran devoción que existía en Sevilla por él, hizo que la Hermandad encargara una escultura de Papa Juan Pablo II para colocarla en la capilla. El Papa Benedicto XVI, que exclamó “Bella Madonna!” cuando contempló una fotografía de la Virgen de la Estrella que le entregaron varios miembros de la Hermandad durante una Audiencia privada, fue quien proclamó la beatificación de Juan Pablo II en 2011. En noviembre de 2012 llega a la capilla de La Estrella la imagen que representa al Pontífice en posición sedente, con la sotana blanca, la muceta roja y la estola. Cuando el Papa Francisco procede a su canonización en 2014, una gran alegría estalló en los corazones de muchos fieles devotos. Son ya innumerables las personas que acuden diariamente a la capilla a rezarle, y tienen gastados los zapatos de la imagen de tanto tocarlos. 

Juan Pablo II, poco antes de entrar en el nuevo siglo, encomendó la humanidad a María, "Estrella Radiante del Tercer Milenio". ¡Nada más se puede añadir ante tal demostración de fe en la Virgen! Sigamos el ejemplo de este Pontífice y confiemos en María, Madre de Jesús y Madre de todos los hombres, Aquella que guía nuestros pasos en medio de la oscuridad. María Santísima de la Estrella, ruega por nosotros.

María Teresa Domínguez Rodríguez

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